HECHOS
DE LOS APÓSTOLES 10, 25-26,34-35,44-48
SALMO 97
PRIMERA
CARTA DEL APÓSTOL SAN JUAN 4,7-10
JUAN
15, 9- 17
El
evangelio cuando es un discurso de Jesús donde nos dice un montón de cosas
profundas, nos deja un poco “fríos”, “indiferentes”, nos supera, no podemos
alcanzar, asumir, todo lo que nos dice. Para que su palabra nos entusiasme, nos
abrase los corazones, nos toque, es preciso acercarse a la palabra con calma,
con paz, con tiempo, pensando que Jesús me habla a mí. Vamos a
hacerlo. Comentaré una a una las frases de Jesús bajo esta perspectiva: me lo
está diciendo a mí, te lo está diciendo a ti.
“Como el Padre me ha amado, así os he amado
yo”. Hoy, aunque no sea el día de los enamorados, ¡¡Jesús te declara su
amor!!… a ti... te dice “yo te amo, Alba, Ramón,…”, piensa en ello, siéntete
amado por Él. Siéntete que te mira con un amor inmenso. Porque su amor no es un
amor cualquiera; te ama como el Padre le ama a Él, ¡increíble! ¿Le agradecemos
su amor? ¿Nos creemos que nos ama?
“Permaneced en mi amor. Si guardáis mis
mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los
mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor”.
Un
aclaración: la palabra mandamiento en catalán/castellano suena fuerte,
imperativa, en hebreo la palabra se traduciría por los consejos que el padre da
al hijo para que ande bien, por el camino de la vida. Es una palabra muy
amable, cercana,... En catalán/castellano, la traducción no es demasiado buena.
Cuando nos hablan de mandamientos pensamos en los diez mandamientos, pero,
Jesús habla de sus mandamientos “si guardáis mis mandamientos”. O habla de los
mandamientos de su Padre hacia Él. No se está refiriendo a los diez
mandamientos. Se está refiriendo a todos los consejos que nos ha ido dando en
su vida pública, pensemos que estamos en el discurso de despedida.
Por
tanto, Jesús te ha dado unos consejos porque te ama, porque quiere tu bien, y
desea que andes con alegría por el camino de la vida... Hay consejos que te
cuestan, pídele fuerzas. Hay consejos que te dan mucha luz, agradéceselo.
Todos los consejos te encaminan por el camino del amor. Sólo amando serás
feliz...
“Os he hablado de esto para que mi alegría
esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud”. La finalidad
de todo; tu gozo, alegría, felicidad, sea completa. ¡Qué bonito! Y dos cosas
más: Jesús se siente lleno de alegría, no es un hombre triste, serio y
distante, sino que se siente lleno de alegría. Y desea compartirla “para que mi
alegría esté en vosotros”. Te lo dice a ti “para que mi alegría esté en ti
Alba, Ramón, Miguel,...”
Pide
al Señor participar más plenamente de esta alegría... Explícale porque ahora no
estás demasiado bien, que deseas que su alegría te inunde, o dale gracias
porque su alegría habita en tu corazón...
“Éste es mi mandamiento: que os améis unos a
otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida
por sus amigos”. Esto de entrada parece imposible: ¡¡amar como Él!! Él
es Dios, Él ama con la fuerza de Dios. ¡Él llega a dar la vida! Pero, Él
mismo nos dice “que os améis unos a otros como yo os he amado“. La imagen que
Jesús nos daba domingo pasado, nos ilumina esta cuestión: si Él es la vid y
nosotros los sarmientos, quiere decir que su vida vivifica nuestras vidas, que
su amor, vivifica nuestras personas, y esto nos permite amar como Él. Te lo
dice a ti: “ama como yo”.
¿A
quién te cuesta amar?...,... Pide a Jesús fuerzas para amarla... Porque
si Jesús la ama, tú has de poder amarla también.
¿Qué
obstáculo hay en ti, para amar más?... pídele que te lo quite...
“Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que
yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su
señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo
he dado a conocer”. En nuestra vida, cuando alguien nos ha dicho:
“eres mi amigo”, “valoro mucho tu amistad”, nosotros nos hemos sentido
dichosos, felices. Pues, hoy, Jesús te declara su amistad, y te dice “amigo
mío”, Jesús, el Hijo de Dios, te dice “amigo mío”. Hemos de entrar por esta
puerta que nos abre el Señor.
“No sois vosotros los que me habéis elegido,
soy yo quien os he elegido”. Él te ha escogido... ser cristiano no es sólo
una decisión tuya... Él te ha escogido... ¡piensa en ello!
“y os he destinado para que vayáis y deis
fruto, y vuestro fruto dure”. Tienes una misión... pregúntale ¿cuál es mi
misión? Visito gente mayor y muchas veces, indirectamente, me están diciendo:
ya no tengo misión, ya puedo morir. ¡Es falso! Es un pensamiento que viene del
mal espíritu. Siempre tenemos una misión, en cada momento de nuestra vida. Hoy
Jesús te dice: “te he confiado una misión”.
“De modo que lo que pidáis al Padre en mi
nombre os lo dé”. ¡¡Increíbles palabras!!, pero más increíble es que en
este discurso de despedida ha dicho hasta cinco veces, esta misma expresión (Jn
14,13. Jn 14,14. Jn 15,7. Jn 15,16. Jn 16,23.). ¡Cinco veces! Jesús nos abre
una puerta, pero no la cruzaos porque en el fondo tenemos poca fe.
Que
esta eucaristía nos ayude a acercarnos más a la Palabra de Dios, descubrir su
riqueza y entenderla como una palabra que se dirige a cada uno de modo
personal.
Sat, 10 May 2015
(camineo.info)
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