En el
año 2017 se cumplen 500 años de la Reforma Protestante. La Comisión
Internacional Luterano-Católica para la Unidad espera que ambas confesiones
se acerquen para aquel entonces. Y el Papa les apoya.
En un
encuentro cordial y distendido, Francisco destacó el buen clima de
colaboración y diálogo que han mantenido ambas confesiones en las últimas
décadas.
FRANCISCO
“Observo,
con profunda gratitud al Señor Jesucristo, los numerosos pasos que las
relaciones entre luteranos y católicos han experimentado en las últimas
décadas. Y no sólo a través del diálogo teológico sino también mediante la
colaboración fraterna en múltiples aspectos del ámbito pastoral y, sobre todo,
en el compromiso por conseguir el ecumenismo espiritual”.
El
Papa explicó que católicos y luteranos pueden pedir perdón recíproco por
el daño que, ante Dios, se han hecho los unos a los otros. Añadió que seguirá
habiendo dificultades en el camino a la unidad pero no hay que
asustarse. Al concluir la audiencia, el Secretario General de la Federación
Luterana Mundial recordó la tragedia de Lampedusa y entregó al Papa un
simbólico regalo.
MARTIN
JUNGE
“Traigo
esta simple tetera de una refugiada, Fátima es su nombre, de Somalia, que huyó
a un campo de refugiados en Kenia, Dadaab. Actualmente es el mayor campo de
refugiados en el mundo con 400.000 mil refugiados y refugiadas”.
FRANCISCO
“Atacan
los que no nos quieren sin hacer distinción si son luteranos, católicos,
ortodoxos, coptos. La sangre no está dividida”.
El
Papa recibió conmovido el regalo y añadió que “evoca otra dimensión del
ecumenismo, el ecumenismo del martirio”.
21 de octubre, 2013. (Romereports)
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