La Natividad del Señor
Padre Francesc Jordana Soler
25-12-2008
"CAMINEO.INFO.- Nosotros hoy no sólo estamos recordando una cosa que pasó en el pasado, sino que sobretodo hacemos presente un acontecimiento, el nacimiento de Jesús. Todos los acontecimientos una vez han sucedido quedan absorbidos por el pasado, pero todo lo que Cristo es y todo lo que Cristo hizo participa de la eternidad divina y a través de la liturgia podemos hacer presente esos acontecimientos. La liturgia produce el milagro de unir el cielo y la tierra.
Si la celebración litúrgica fuera un mero recordar cosas del pasado. Hace muchos siglos que nos habríamos cansado de estar recordando siempre lo mismo y ya no habría celebraciones litúrgicas.
¿Qué es lo que hace que 2008 años después aun haya personas que participen de esta celebración? El motivo es que al hacer presente este acontecimiento ocurren muchas cosas:
. Sentimos que nuestros corazones se llenan de gozo y de alegría. Esto es una gracia de Dios.
. Entendemos mejor el misterio que se hace presente, recibimos alguna luz respecto de él. Esto es otra gracia de Dios.
. Sacamos conclusiones prácticas de cara a nuestra vida cristiana. Esto es también una gracia.
Cuanto mejor hemos vivido el adviento, cuanto mejor hemos preparado esta celebración, más gracias y más intensas nos concede Dios.
Y en esta fiesta celebramos una Presencia: “Dios-con-nosotros”. Hoy celebramos la presencia de Dios en medio de nosotros. Quizá a fuerza de repetirlo ya no nos damos cuenta de lo que eso significa, por eso es tan aconsejable y necesario meditar estos misterios.
Todas las religiones son aproximaciones del hombre hacia Dios, intentos que van de nosotros hacia Él. En el cristianismo es Dios que se hace hombre, es Dios quien se aproxima a nosotros y se nos presenta como un niño… ¡Inaudito!. ¡Admirable!. ¡Sorprendente!.
Que modo tan entrañable de hacerse presente. Dios que es invisible se hace visible en un niño, para que nos sea fácil acogerlo, quererlo, abrazarlo, amarlo. ¿Qué podemos temer de un niño? Nada. ¿Qué comunica un niño? Ternura, alegría, esperanza, amor. Eso que comunica un niño es lo mismo que nos da una vida cristiana adulta y madura. Lo mismo.
Celebramos una presencia, la presencia de Dios con nosotros. Pero cada uno de nosotros no celebramos que Dios se hizo presente y ya está. Lo que realmente estamos celebrando es la presencia de Dios en nuestra vida, en nuestro corazón, en nuestro caminar diario, en nuestras decisiones, en nuestra oración, en nuestras celebraciones. ¡Esa es la presencia que celebramos!.
Si nosotros hoy celebramos la navidad y mañana no rezamos, no meditamos la Palabra de Dios, no vamos a misa, entonces no hemos entendido que es la Navidad, porque reducimos a Dios a una presencia del pasado, y no le dejamos estar en nuestro presente.
Dios no se ha hecho hombre porque le apetecía mucho. Dios se hace hombre en JC porque quería estar presente en nuestra vida.
Imaginaos que os llama un amigo y os dice: “oye que mañana no tengo ganas de estar contigo, no me apetece, no me interesa, tengo cosas mejores que hacer … “. Lógicamente nos sentiremos ofendidos, ¡pues eso es lo que le decimos a Jesús cuando no hacemos oración!. Y ya sabéis que entiendo la oración como pasar un rato prolongado con el Señor.
Ante una solemnidad tan importante como esta debemos preguntarnos: ¿estamos ansiosos, deseosos, abiertos a ser iluminados, transformados, o ya estamos bien como estamos y no esperamos nada?. Y pensar que no hay término medio, con nuestras actitudes o acogemos las gracias que Dios nos quiere conceder o las rechazamos. Porque con toda seguridad Cristo nos las quiere conceder."
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