segunda-feira, 6 de fevereiro de 2012

Estamos en la misión por agradecimiento al Señor










Florencio y María Fernanda son un matrimonio del Camino Neocatecumenal en misión en Marsella (Francia). Casados  desde hace 17 años, tienen nueve hijos, de tres meses a 16 años:



¿Por qué decidisteis ir a la misión con vuestros hijos? 
Por agradecimiento al Señor, por lo bien que lo ha hecho en nuestras vidas; yo –habla Florencio– pasé la juventud en el ateísmo y en la droga, buscando un sentido a la vida, que no encontraba. Después de un accidente de coche en el que hubo varios muertos, entré de nuevo en la Iglesia. Años después, nos ofrecimos para ir a la misión; en una convivencia, el Papa nos dio una cruz y nos envió como misioneros a Marsella.




¿Cómo evangeliza una familia en uno de los países más desarrollados del mundo? 

En Francia, de cada tres matrimonios, más de uno está divorciado; existen muchísimas familias monoparentales, y familias formadas por hijos de distintos padres. Es el Estado el que se encarga de la educación de los hijos; pero como no existe una moral –ya que el Estado francés es laico–, se limita a poner parches, dando ayudas económicas. Nuestra misión allí es hacer presente, la familia, con nuestra vida cotidiana, recogiendo la visión del Papa de evangelizar Europa reconstruyendo aquello que no existe: una familia tradicional, con un padre y una madre, con hijos. Nosotros no hacemos gran cosa, simplemente vivir y ofrecer nuestra vida por este país.




¿Cómo os reciben allí? 

No son muy expresivos. Nosotros hacemos allí lo que yo llamo una pastoral de contagio, entre los vecinos, los compañeros de colegio de los niños… Cuando nos preguntan, es cuando ofrecemos razones de nuestra fe; pero sin imposiciones, porque es una sociedad que está de vuelta y no quiere escuchar ya nada que tenga que ver con la religión. Existe una pobreza espiritual y humana muy grande; las personas llegan de nuevo a la Iglesia muy destruidas, sin voluntad ni autoestima, aunque sean intelectuales, o tengan una buena profesión. Jesucristo las va reconstruyendo poco a poco. Yo creo que el Señor nos ha enviado a Marsella como una barrera frente a las sectas y al Islam; y no es que hagamos proselitismo, sino que sólo aportamos nuestra presencia.

(Posted: 04 Feb 2012 10:19 AM PST)

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