domingo, 31 de agosto de 2008

HOJE É DIA DO SENHOR



XXII Domingo do Tempo Comum

O caminho da Cruz


A Liturgia convida os seguidores do Senhor
a descobrirem a "loucura da CRUZ"
e apresenta dois exemplos: JEREMIAS e PEDRO.



Na 1a Leitura, JEREMIAS descreve sua experiência de Cruz. (Jr 20,7-9)

"Seduzido" pelo Senhor, colocou toda a sua vida a serviço de Deus.
Nesse caminho conheceu o sofrimento, a solidão, a perseguição.
Teve a tentação de largar tudo, mas não desistiu:
"Senti dentro de mim um fogo ardente a me penetrar!..."

* É o grito humano de um coração dolorido, marcado pela incompreensão e pelo aparente fracasso na Missão... Diante do sofrimento desanima, mas logo se reanima, movido por uma grande paixão por Deus.

Na 2ª Leitura, São Paulo convida os cristãos a oferecerem a Deus a própria vida.
Esse é o verdadeiro culto que agrada a Deus. (Rm 12,1-2)

* Nós temos facilidade em aceitar a Cruz de Jesus, mas temos dificuldade,
mesmo com fé, em aceitar a nossa cruz no nosso dia a dia.
Pe. Antônio Geraldo Dalla Costa - 31.08.2008

No Evangelho, Jesus anuncia aos discípulos a sua Paixão e Cruz e avisa que o caminho dos discípulos é semelhante. (Mt 16,21-27)

Pe. Antônio Geraldo Dalla Costa - 31.08.2008

Evangelio: Mt 16, 21-27
Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y padecer mucho por causa de los ancianos, de los príncipes de los sacerdotes y de los escribas, y ser llevado a la muerte y resucitar al tercer día.
Pedro, tomándolo aparte, se puso a reprenderle diciendo:
—¡Dios te libre, Señor! De ningún modo te ocurrirá eso.
Pero él se volvió hacia Pedro y le dijo:
—¡Apártate de mí, Satanás! Eres escándalo para mí, porque no sientes las cosas de Dios sino las de los hombres.
Entonces les dijo Jesús a sus discípulos:
—Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga. Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará.
»Porque, ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?, o ¿qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? Porque el Hijo del Hombre va a venir en la gloria de su Padre acompañado de sus ángeles, y entonces retribuirá a cada uno según su conducta.



……………..



Del dolor cristiano a su alegria



Las palabras de Jesús recogidas por San Mateo en su Evangelio que hoy consideramos, enfrentan al hombre de modo inequívoco, por la insistencia reiterada de Jesús, con la realidad del sacrificio. Lo que de algún modo contraría, lo que cuesta, aquello que de diversos modos nos produce dolor, nos hace sufrir; no es, sin embargo, necesariamente malo. Muy al contrario, la Cruz –que auna en sí todo lo que podría parecer contrario al hombre desde una visión sólo terrena– nos es imprescindible en la vida según el plan de Dios.
Cuando se trata de dejar claro cómo se logra lo que nos es en verdad valioso, siempre se concluye que es a base de esfuerzo y, en cierto sentido, de renuncia. "Quien algo quiere, algo le cuesta", solemos decir. Y es de experiencia común que a mayor y más excelente el objetivo que se pretende, más cuesta y mayor debe ser el empeño por lograrlo. De ahí que bastantes se retraen de intentar metas altas, desanimados por el trabajo que imaginan. Les domina esa opción que han hecho por sí mismos, que les impulsa a evitar exigencias incómodas, aún sabiendo que se quedan sin la opción mejor: la que tiende al enriquecimiento por un mayor valor logrado.

"Es tal la actual condición del hombre, que únicamente puede mostrar su amor en categorías de sufrimiento". Así razonaba un buen conocedor de la humana naturaleza, que sí estaba dispuesto a ser consecuente con ella aunque tuviera que padecer en aras de la verdad. Las palabras de Nuestro Señor son, por lo demás, inequívocas aunque exigentes: Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga. Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará.

Después de su Hijo, es María quien más ha sufrido en este mundo, también con sus ojos puestos siempre en Dios. Por eso es la más feliz y causa de nuestra alegría

Sem comentários: