La oración, algo natural
Por: A. Llamas Palacios
CAMINEO.INFO / ALFAYOMEGA.- ¿Cómo se reza con siete niños pequeños? Juan Ramón del Amo y Patricia de Palacios tienen ocho hijos: Ana, Juan Ramón, Jorge, Paula, José, Teresa, Jaime, y Esther, que nacerá dentro de un mes. Pertenecen al Camino Neocatecumenal y, como Dios es lo más importante en su vida, todos los días tienen momentos de oración
Juan Ramón Del Amo y Patricia De Palacios son un joven matrimonio con ocho hijos (el más pequeño nacerá dentro de un mes). Ellos están acostumbrados a rezar en familia, y tienen sus tradiciones particulares, que llevan a cabo todos los días con un poco de sentido del humor y un mucho de paciencia.
«Nuestro hábito diario es bendecir la comida, cada día uno -explica Juan Ramón-, y rezar por la noche con todos los niños antes de que se acuesten. Rezamos todos nuestras oraciones y, después, uno a uno, en cada habitación, delante de un icono de la Virgen, hacemos peticiones. Los más pequeños siempre acaban copiando lo que dicen los mayores, y con los mayores intento que siempre pidan algo nuevo de ese día, y les recuerdo que Dios está siempre ahí arriba escuchándoles».
Una vez por semana, los domingos, se reúnen todos juntos para rezar Laudes, una oración que preparan con todo el mimo: «En la mesa del comedor ponemos un mantel blanco, una cruz, unas velas y unas flores -cuenta Juan Ramón-. Tocamos instrumentos, también. Mi mujer, Patricia, toca la guitarra y los niños tocan las maracas, la pandereta... ¡La verdad es que se monta un cirio!... Los salmos que sabemos cantar, los cantamos, y después solemos abrir el libro de los evangelios al azar, a no ser que sea una solemnidad determinada. Lo leemos en voz alta y les preguntamos a los niños cosas sobre lo que hemos leído. Después rezamos las preces, donde siempre incluimos al Gobierno (sí, mis hijos rezan por Zapatero y por Rajoy), por los pobres, los necesitados, la gente que sufre... Después nos damos la paz, nos pedimos perdón, si entre nosotros ha habido algún problema, alguna discusión..., y terminamos». Patricia añade: «No es fácil. A veces terminamos hasta cabreados, pero la oración también es una lucha, y desde luego, no nos rendimos, porque es así como queremos vivir nuestra vida en familia».
Los niños actúan ante la oración como algo natural, «porque en mi casa se hace así, y siempre lo hemos hecho así», dice Patricia. La fe de este matrimonio parte de una experiencia real de Dios, no de una fe heredada sin más. «Nosotros, lo que intentamos es mostrarles cómo Dios actúa en nuestras vidas, con nuestro ejemplo en la familia, en la vida cotidiana; ven cómo cuando tenemos problemas acudimos a la oración... -explica Juan Ramón-. Pero, sobre todo, queremos que sean ellos los que tengan su propia experiencia de fe, que recen por su cuenta, que sea algo que salga de ello».
TEM UM BOM DIA!
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