domingo, 12 de abril de 2009

Domingo de Resurrección

Por: Mn. Francesc Jordana Soler


CAMINEO.INFO.- Nuestra alegría pascual, nuestro gozo pascual, es doble: por un lado, porque el Señor ha resucitado, y por otro lado, porque nosotros podemos participar de su resurrección.

El Señor ha resucitado y lo que estamos viviendo, lo que estamos celebrando, no es una cosa que pasó ahora hace 2000 años y nosotros recordemos. A través de la liturgia nosotros entramos en contacto con el acontecimiento de la resurrección y al entrar en contacto quedamos afectados, iluminados, transformados por su resurrección.

La Pascua del Señor (su pasión, muerte, resurrección y ascensión) es el único acontecimiento de la historia que no pasa. Es un acontecimiento real, sucedido en nuestra historia, pero absolutamente singular: todos los demás acontecimientos suceden una vez y son absorbidos por el pasado. El misterio pascual de Cristo no permanece sólo en el pasado. Todo lo que Cristo es y todo lo que Cristo hizo participa de la eternidad divina, especialmente el acontecimiento pascual, y a través de la liturgia lo hacemos presente.

Por eso se dice que en la liturgia se une cielo y tierra.
Hoy el misterio de la resurrección se hace, especialmente presente, de manera que nosotros podamos participar de él. Durante la cuaresma hemos ido muriendo en Cristo para poder hoy y durante toda la pascua resucitar con el Señor.

El sentido del tiempo pascual es ir resucitando con el Señor.

Hoy san Pablo en su carta nos da una lección magistral del cómo entender la resurrección. Dice San Pablo: “Ya que habéis resucitado juntamente con el Cristo,”. Palabras que nos iluminan que la resurrección no empieza cuando nos morimos. La resurrección empieza cuando comenzamos a vivir en Cristo. La resurrección de una realidad ya aquí y ahora para los que empiezan a vivir en Cristo.

San Pablo cuando habla de la resurrección no habla del futuro, de una cosa que ha de pasar, habla del ahora, del hoy. El verdadero seguidor de Jesucristo, aquel que vive en Cristo, es una persona resucitada, su resurrección ya ha empezado.

Nos podemos preguntar ¿qué quiere decir vivir en Cristo? ¿qué es esto que ya nos hace personas ya resucitadas? El mismo San Pablo hoy nos da la respuesta:

“ ….. buscad aquello que es de arriba, donde está el CRISTO, amad aquello que es de arriba”. Esto es vivir en Cristo, esto es ser una persona resucitada: “buscar y amar el Cristo”.

Las palabras que SP pone a continuación son muy inspiradas y las utilizo mucho con los grupos de adolescentes y jóvenes: “Vuestra vida está con Cristo escondida en Dios”. “Nuestra vida...” Nos hemos de acercar al Cristo, establecer con él una relación personal profunda para poder descubrir la vida que Dios nos quiere comunicar. En Cristo hay vida auténtica. Nuestra vida está escondida en Cristo.

En Cristo encontramos la santidad, la fuerza para amar, la alegría, la paz que el mundo no nos puede dar, en Cristo encontramos la fuerza para implicarnos en un mundo y en una parroquia que necesita de la ayuda de todos. Jesucristo nos saca de nuestras oscuridades y nos lleva por el camino de la luz.

Y ahora repetiré una cosa que ya he dicho, los dos años anteriores, el día del domingo de resurrección. Como que continuamente nuestras verdades de fe padecen un ataque mediático desde el cine, la literatura y la televisión.

Por eso yo continuamente también quiero exponer los signos de credibilidad de la resurrección. Cada año añado alguno. Vale decir que no hay acontecimiento en la historia tan estudiado como éste, y nadie ha podido demostrar que Jesús no resucitara, y ahora mostraré algunos signos de credibilidad respecto a su resurrección. Estos signos son:

. El sepulcro lo encontraron vacío. Hecho histórico.

. En el evangelio de hoy hemos leído como una mujer es la primera que dijo que Jesús havia Resucitado. Si se lo hubieran inventado no habrían escogido nunca una mujer, porque en el mundo judío la mujer y los extranjeros no servían de testimonio.

. Hay diferentes testimonios en diferentes lugares y situaciones. La certeza que nos da cada uno se ve reforzada por la que nos dan los otros.

. Sus seguidores en lugar de desaparecer, unos días después de la muerte del maestro aparecen predicando la Buena Nueva. La resurrección los cambia, ya no son los mismos.

. Los apóstoles dieron la vida por el resucitado. Mueren mártires, si ellos hubieran hecho un montaje no habrían dado la vida.

. Imaginaos que constituimos una ONG...

Son signos que nos hablan del razonamiento de creer en la resurrección. Evidentemente estos signos no eximen de hacer el acto de fe. Sin fe no hay resurrección.

Aprovechemos esta cincuentena, acerquémonos al Señor, a su palabra, meditemos los relatos de resurrección y de las apariciones, pidámosle que nos haga personas resucitadas.”


CONTINUAÇÃO DE UM ALEGRE DIA DE PÁSCOA DA RESSURREIÇÃO


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