HUMBERTO
GONAR / EL DIA
Mon,
09 Apr 2012 09:20:00
Tenerife/ESPAÑA.-
Un centenar de miembros del Camino Neocatecumenal, pertenecientes a
la segunda comunidad de las parroquias del Pilar (Santa Cruz de
Tenerife) y de San Antonio de Padua, renovaron sus promesas
bautismales en el transcurso de la Vigilia Pascual que presidió el
obispo de la Diócesis de Tenerife, Bernardo Álvarez, en la sede
provisional catedralicia del templo de La Concepción, en La Laguna.
Este rito supone uno de los momentos más importantes en este
itinerario de formación católica, un modo de iniciación cristiana
y de educación permanente de la fe con el que los casi cien
neocatecúmenos culminarán el próximo verano, con su visita a
Tierra Santa, el proceso de formación que iniciaron hace entre 25 y
30 años, según los casos.
La Vigilia Pascual, la celebración más importante del año en la vida del cristiano, comenzó con la procesión de los neocatecumenales que partió desde el colegio del Buen Consejo hasta La Concepción. Allí, el obispo de la Diócesis procedió al inicio de la Vigilia con la bendición del fuego, el canto del Pregón Pascual, que corrió a cargo del responsable del Camino Neocatecumenal en Tenerife José Miguel Calviche, para continuar con la proclamación de las palabras del Antiguo y el Nuevo Testamento que reviven la historia de la salvación, desde la creación del mundo hasta la resurrección de Jesucristo.
Durante la eucaristía, Bernardo Álvarez felicitó a los hermanos de las comunidades neocatecumenales del Pilar y Granadilla que se han formado durante años gracias a la entrega de los equipos de catequistas itinerantes de Charlie Metola y Pepe Vargas.
El obispo destacó durante su homilía que "no se trata solo de la vida eterna después de la muerte en este mundo, sino también de la posibilidad de ser hombres y mujeres nuevos aquí y ahora. Personas renovadas por dentro, con un corazón grande para amar, con corazón fuerte para luchar". En otro momento de la homilía, monseñor Bernardo Álvarez dijo que "después de dos mil años, Cristo sigue vivo, es contemporáneo nuestro. Él no cesa de animarnos y renovarnos por su espíritu hasta que cada uno alcance la victoria final sobre el mal". (...). "Por eso, aunque andemos por cañadas oscuras experimentando las contrariedades de la vida, no tenemos miedo ni nos desanimamos. Aun sin verlo, seguimos caminando guiados por la fe".
Y terminó su homilía recordando que "aún en medio de las tribulaciones, por Cristo, con Él y en Él, seguimos trabajando sin desfallecer por la construcción de un mundo en el que podamos vivir como hermanos, hijos de un mismo Dios y Padre". Esta es la tercera vez en la historia de la Diócesis de Tenerife que un grupo de miembros del Camino Neocatecumenal llega a la etapa de la renovación de las promesas bautismales. La primera vez fue hace siete años, cuando los miembros de la primera comunidad del Pilar, en la capital tinerfeña, disfrutaron de este rito, algo similar a lo que aconteció con otro grupo de la parroquia de Tazacorte (La Palma), hace tres años.
Las dos comunidades que renovaron sus promesas bautismales en la Pascua del sábado pertenecen al Camino Neocatecumenal, un camino integrado por laicos, nacido en el seno de la Iglesia católica fundado en 1964 por Kiko Argüello y Carmen Hernández. Su objetivo consiste en tratar de vivir en la familia y en la comunidad la experiencia bautismal, actualizada por la catequesis. El Papa Juan Pablo II definió este camino como un "itinerario de formación católica, válido para la sociedad y los tiempos modernos". Hoy está presente en más de 100 países, con numerosas familias en misión y los diversos seminarios.
La Vigilia Pascual, la celebración más importante del año en la vida del cristiano, comenzó con la procesión de los neocatecumenales que partió desde el colegio del Buen Consejo hasta La Concepción. Allí, el obispo de la Diócesis procedió al inicio de la Vigilia con la bendición del fuego, el canto del Pregón Pascual, que corrió a cargo del responsable del Camino Neocatecumenal en Tenerife José Miguel Calviche, para continuar con la proclamación de las palabras del Antiguo y el Nuevo Testamento que reviven la historia de la salvación, desde la creación del mundo hasta la resurrección de Jesucristo.
Durante la eucaristía, Bernardo Álvarez felicitó a los hermanos de las comunidades neocatecumenales del Pilar y Granadilla que se han formado durante años gracias a la entrega de los equipos de catequistas itinerantes de Charlie Metola y Pepe Vargas.
El obispo destacó durante su homilía que "no se trata solo de la vida eterna después de la muerte en este mundo, sino también de la posibilidad de ser hombres y mujeres nuevos aquí y ahora. Personas renovadas por dentro, con un corazón grande para amar, con corazón fuerte para luchar". En otro momento de la homilía, monseñor Bernardo Álvarez dijo que "después de dos mil años, Cristo sigue vivo, es contemporáneo nuestro. Él no cesa de animarnos y renovarnos por su espíritu hasta que cada uno alcance la victoria final sobre el mal". (...). "Por eso, aunque andemos por cañadas oscuras experimentando las contrariedades de la vida, no tenemos miedo ni nos desanimamos. Aun sin verlo, seguimos caminando guiados por la fe".
Y terminó su homilía recordando que "aún en medio de las tribulaciones, por Cristo, con Él y en Él, seguimos trabajando sin desfallecer por la construcción de un mundo en el que podamos vivir como hermanos, hijos de un mismo Dios y Padre". Esta es la tercera vez en la historia de la Diócesis de Tenerife que un grupo de miembros del Camino Neocatecumenal llega a la etapa de la renovación de las promesas bautismales. La primera vez fue hace siete años, cuando los miembros de la primera comunidad del Pilar, en la capital tinerfeña, disfrutaron de este rito, algo similar a lo que aconteció con otro grupo de la parroquia de Tazacorte (La Palma), hace tres años.
Las dos comunidades que renovaron sus promesas bautismales en la Pascua del sábado pertenecen al Camino Neocatecumenal, un camino integrado por laicos, nacido en el seno de la Iglesia católica fundado en 1964 por Kiko Argüello y Carmen Hernández. Su objetivo consiste en tratar de vivir en la familia y en la comunidad la experiencia bautismal, actualizada por la catequesis. El Papa Juan Pablo II definió este camino como un "itinerario de formación católica, válido para la sociedad y los tiempos modernos". Hoy está presente en más de 100 países, con numerosas familias en misión y los diversos seminarios.
(camineo.info)
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