domingo, 3 de maio de 2009

“El buen pastor da la vida por las ovejas”





Entregó su vida como Siervo;

ha resucitado como Buen Pastor,

que seguirá al frente de su rebaño hasta el fin de los tiempos


Mn. Francesc Jordana Soler

Hoy el evangelio - Jn 10,11-18 - nos presenta la figura del buen pastor. Es fácil quedarse con en una imagen bucólica e idílica del buen pastor y no darnos cuenta de toda la fuerza y toda la profundidad que tiene esta imagen que Jesús esta dando de sí mismo. Cuando Jesús dice “Yo soy el buen pastor, que la vida por las ovejas”, está diciendo mucho, nos está diciendo que:

.Él nos dirige
.Él nos encamina
.Él nos protege
.Él nos sana, cuando nos herimos
.Él nos busca cuando nos perdemos
.Él nos alimenta
.Y que él está dispuesto a dar su vida por cada uno de nosotros.

Lo que hace un pastor con sus ovejas, pues eso y mucho más, es lo que hace Jesús con nosotros y por nosotros. Por lo tanto, “Yo soy el buen pastor” no es una imagen bucólica y pastoril, sino que Jesús con esta imagen nos explica su modo de relacionarse con nosotros. Él nos está diciendo: “yo os voy a dirigir, a proteger, a sanar, a alimentar, yo estaré con vosotros … “

Y esto que digo no es una idea, o una bella teoría, es una realidad en potencia. ¿Qué quiere decir que es una realidad en potencia? Pues que es una realidad pero de nosotros depende que se haga presente en nuestras vidas.

Creer en Dios no puede ser una cosa teórica, una idea que tenemos en nuestra cabeza. El verbo creer en la Biblia significa fundamentarse en Dios, que Dios sea el fundamento de nuestra existencia. Nosotros los occidentales tenemos una noción muy teórica del “creer”, como si fuera una cosa intelectual, y no es así. Creer es algo que debe llevarnos a que toda nuestra vida este en manos de Dios. Y la imagen de Dios como buen Pastor nos ayuda a mirar en nuestro interior y descubrir si realmente nuestra vida está en manos de Dios.

En principio, la imagen de pastor es la imagen de alguien que actúa desde fuera de nosotros mismos, pero en el caso de Jesús no es así. Por eso, Jesús nos dice hoy: “Conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, igual que mi padre me conoce a mí y yo lo conozco a él”.

Si meditamos estas palabras nos revelan una realidad sorprendente y muy gozosa. Jesús establece una igualdad entre la relación entre el Padre y Él y la que hay entre él y nosotros. ¡Fijémonos a que intimidad nos llama Jesucristo!. El desea estar en nosotros y que nosotros estemos en él, del mismo modo que él esta en el Padre y el Padre en el. ¡Es fantástico!. Pidamos a JC la gracia, el don, de crecer en esta intimidad, porque sino acabamos haciendo las cosas porque toca, por rutina, porque lo hemos hecho siempre … (Este paralelismo nos lo presenta también Jesús en el discurso del pan de vida (Juan VI) o al final del discurso de despedida).

Por lo tanto, Jesús hace de pastor desde nuestro interior . Por eso San Agustín decía: “Porque tu estabas dentro de mí, más interior que lo más íntimo mío”.

Siguiendo con el evangelio nos podemos preguntar: si Jesús es el buen pastor y nosotros somos las ovejas ¿Quiénes son los lobos?. Dice Jesús que “el lobo hace estragos y las dispersa”

Hoy en día en nuestra sociedad hay muchos lobos, por eso os ha sido tan difícil transmitir vuestra fe a los hijos y a los nietos. Yo muy brevemente perfilo a tres de estos lobos:

1. El lobo del culto a la emoción. En nuestros días la gente no se guía por lo que uno debe hacer, por lo justo, lo bello, lo verdadero, se guían por lo que les apetece, por lo que les gusta, por lo que les satisface sus deseos. Se guían por sus sentimientos, y sus gustos. Y así no se puede construir una persona porque es incapaz de amar. Y entonces, respecto al ámbito de la espiritualidad dicen:“Voy a misa cuando lo siento” o “Ya no hago oración porque no siento nada”…

2. El lobo del subjetivismo. Es una actitud muy enraizada en la gente. Todo depende de lo que a mi me parece, de lo que yo entiendo y de cómo yo lo veo. Y ahí se quedan, sin dejarse enriquecer por anda que venga de fuera de ellos mismos. Son una isla, ellos determinan el bien y el mal, lo que es bueno y malo, … Y entonces respecto al ámbito de la espiritualidad dicen: “Nadie puede decirme lo que debo creer”, “yo me relaciono directamente con Dios”, “yo creo a mi manera”……

3. El lobo de los medios de comunicación. Es brutal el ataque que sufre nuestra fe en los medios de comunicación. Hay ataque directo muy fuerte: que si el Papa ha dicho tal o ha hecho cual, o ridiculizando posturas de personas creyentes, excusas para ir atacando y minando la fe de la gente sencilla.

Y también hay un ataque sutil cada vez que se promueve lo cutre, la indiscreción, la falta de pudor, la sensualidad, la violencia y el egoísmo, valores todos ellos antievangélicos.

Y cuando el ambiente es tan contrario solo hay un camino para no dejarse arrastrar, enraizarse más y más en Cristo; rezar más, meditar más el evangelio, hacer más bien, ir más a misa, preocuparse más por los pobres, etc…, sino nos unimos más a él corremos también nosotros el riesgo de perder la fe o de vivirla mediocremente

(camineo.info)

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