segunda-feira, 28 de dezembro de 2009

La grandeza de la maternidad



Autor:

Cardenal Lluís Martínez Sistach, Arzobispo de Barcelona


CAMINEO.INFO.- "La vida humana es un obsequio maravilloso de Dios. Él ha creado esta vida y nos ha dado este mandamiento: “No matarás”. Este mandamiento, también en sus contenidos más positivos de respeto, amor y protección de la vida humana, obliga a todos. Resuena en la conciencia moral de cada uno como un eco permanente de la alianza original de Dios creador con el hombre.
María, por obra del Espíritu Santo, concibió al Hijo de Dios en sus entrañas virginales. El hijo de Dios quiso iniciar su existencia humana en el seno de una madre. Él es el “fruto bendito del vientre” de la Virgen María.

Es cierto que todos los concebidos aún no nacidos son también “frutos benditos” de Dios, ya que Él les ha otorgado la existencia en el seno materno. La maternidad es siempre una buena noticia porque está vinculada a una nueva vida humana que es la obra más excelsa de la creación.
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El Concilio Vaticano II, en su mensaje conclusivo, hace esta maravillosa llamada a las mujeres: “Vosotras estáis presentes en el misterio de la vida que empieza. […] Reconciliad a los hombres con la vida”. La maternidad comporta una comunión especial con el misterio de la vida que madura en el seno de la mujer. La madre admira este misterio y con una intuición singular comprende lo que lleva dentro de ella. La madre acepta y ama como persona al hijo que lleva en su seno.

La Iglesia, los cristianos y cualquier persona hemos de valorar la vida humana existente ya en el seno de la madre. Trabajar en favor de la vida es contribuir a la renovación de la sociedad. Todos juntos hemos de construir una nueva cultura de la vida."


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